Rafael Caro Quintero, un histórico capo narco mexicano, fue acusado ayer por la justicia estadounidense e incluido entre los 10 fugitivos más buscados por el FBI, que ofrece $20 millones por informaciones que lleven a su captura.

La fiscalía de Nueva York anunció la inculpación de Caro Quintero, de 63 años, cofundador del cártel de Guadalajara, por el asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena en esa ciudad mexicana en febrero de 1985, y por el envío de múltiples toneladas de droga a EE.UU. a lo largo de 30 años.

“La DEA nunca olvidará” el asesinato de Camarena, dijo el agente especial de la DEA a cargo del caso, James Hunt. La acusación “envía un mensaje al cártel de que el tiempo no hace diferencia en nuestros esfuerzos para detener el tráfico de droga y la violencia ligada a él”.

Esta es la primera vez que un fugitivo de la DEA es colocado en la lista de los 10 principales prófugos del FBI, la policía federal estadounidense.

EE.UU. acusa al capo, conocido en México como el “narco de narcos” en los años 80, de liderar el cartel Caro Quintero, una facción del cartel de Sinaloa, y de haber enviado a este país “montos masivos” de narcóticos ilegales entre enero de 1980 y enero de 2017.

También lo acusa de conspirar para matar a quienes se pusieran en su camino, como lo hizo Camarena, mediante el uso de sicarios que practicaban “asesinatos, ataques, secuestros y actos de tortura”, según el documento de acusación, al que accedió la AFP.

Está inculpado de conspiración para traficar internacionalmente heroína, metanfetaminas y cocaína entre 2015 y 2017, y de conspirar para distribuir marihuana desde 1980 a enero de 2017, así como cargos de uso de armas.

 

Liberado por error en el proceso

Caro Quintero fue detenido en Costa Rica en 1985 tras el asesinato del agente Camarena, juzgado en México y condenado a 40 años de prisión. Pero en agosto de 2013 fue liberado, pues un juez determinó que su juicio tuvo errores de procedimiento.

Aunque existía la posibilidad de que fuera extraditado a EE.UU., las autoridades mexicanas le perdieron el rastro desde su excarcelación.